Estos días todos estamos muy atareados pensando en el regalo perfecto y en muchas ocasiones descubrirlo no es tarea fácil. Personalmente, creo que gran parte del éxito está en el cariño que se pone a la hora de elegirlo. Por eso, mi queridísima amiga Mariola acertará seguro. Nos conocemos desde hace treinta y siete años (¡caramba, cómo suena!) y sé lo importante que es su familia para ella. Como no podía ser de otra manera, ha elegido con mucho mimo unos cuadros para sus sobrinos Enma y Manuel. ¡Cuadros que yo he pintado de mil amores!